Abejera
Municipio: Riofrío de Aliste
Comarca: Aliste
Provincia: Zamora
CCAA: Castilla Leon
Altura Media del municipio: 777
Latitud en grados decimales: 41.8
Longitud en grados decimales: -6.133
Coordenada X UTM Huso 30: 239667
Coordenada Y UTM Huso 30: 4632399.7
Huso UTM: 29
Cuadrícula UTM: QG33
Latitud en grados, min y seg: 41, 48, 0
Longitud en grados, min y seg: -6, 8, 0
Código Ine: 49176
Hoja del MTN 1:50000 : 339
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Esta vista se pude ver en la siguiente dirección del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación
http://sigpac.mapa.es/fega/visor/
podéis recorrer toda España a vista de pájaro.
ENTREVISTA A TOMÁS RÍO, EL ÚLTIMO SASTRE DE CAPAS ALISTANAS
Queremos recuperar el recuerdo
de nuestros mayores, de unos modos de vida que se acaban. A
nosotros nos corresponde recoger lo que queda, plasmarlo en
textos e imágenes para que nuestros descendientes tengan la
oportunidad de conocerlo.
El día de Nochebuena de 2003 tenemos una cita con un hombre de
Abejera que nos va a contar las cosas de su vida. La
conversación se desarrolla cordialmente en su pequeño taller,
sobre un pequeño guión que pronto se ve sobrepasado por los
numerosos datos que Tomás aporta. Las fotos se realizaron en la
misma tarde de Navidad y fueron dando paso a nuevas temas y
respuestas.
Tomás Río Villar es vecino de Abejera, nacido el 11 de octubre
de 1930. Es un hombre amable y sabe conversar. Se le nota vivaz,
ágil, con su pantalón de pana como los de "antaño" y
su chaqueta azul, del oficio, la cual le agradecemos que se ponga
para nosotros.
¿Se han interesado antes por su trabajo de sastre?
Si, hace unos años apareció mi nombre y en el periódico, junto
a otros compañeros, como el sastre de Bercianos, en relación
con la Capa Alistana. Por ahí quedan los recortes de La
Opinión. También se hablaba de mí en la serie de televisión
que presentaba Labordeta.
¿Cómo se inició en un trabajo tan poco habitual?
Ten en cuenta que la familia era numerosa y la hacienda no daba
para tantas bocas. Aquí en Aliste, es poca tierra la que tenemos y
con la tradición de las partijas, al final son imposibles de
labrar. Había que ganarse el pan de algún modo. Hasta los 17
años trabajé en casa con mi padre y hermanos, pero yo sentía
que podía hacer otras cosas con mis manos diferentes a las
labores del campo, así que entré de aprendiz sin sueldo en el
taller de sastrería de Vicente Ferreras, en Tábara, que era de
Peleas de Abajo, donde estuve un año aproximadamente. Como
estaba lejos del pueblo, continué otro año con Francisco
Ferrero, de Ferreruela, con el que he mantenido durante muchos
años la amistad, ayudándonos ambos en la faena.
¿Cuándo acabó este aprendizaje?
Cumplidos los 19 años, monté un taller en la casa de mi padre,
con los patrones que los maestros me enseñaron, aunque, como
muchos vecinos, tuve que buscarme la vida en la emigración y
durante dos años estuve en una fundición en Alemania., en una
cadena de producción, con calor, aguantando la soledad. Al fin,
ahorré unas perrillas y me volví para casarme.
Con su metro al cuello y
una sonrisa permanente, Tomás el sastre nos enseña su taller en
la planta alta de su casa, donde obtenemos unas fotos para
adjuntar a la entrevista.
Háblenos un poco de las herramientas que usa
La primera máquina de coser, que aún funciona en casa de mi
hermana Lucía, era alemana y la compré de segunda mano a otro
sastre en Zamora, ya modificada y preparada para poder coser las
telas gruesas. Después, me hice con la que veis aquí (Singer
31K15, made U.K. a pedal), también de segunda mano, y aún ahora
va de maravilla
Pone en marcha la máquina,
con un sonido suave y regular en las pasadas que le hace en
nuestro honor a un recorte de paño de lana de los de "las
Capas Alistanas" a golpes.
Podéis ver la mesa que he usado últimamente para marcar y
cortar y estas tijeras que llevan conmigo 49 años... En los
cajones de la mesa tengo los patrones de cartón, que son
reproducciones de los originales que aprendí de mis maestros,
las cajas de hilos, agujas y botones preparadas con gomas, para
que siempre estén cerradas. Y la regla y la escuadra que veis
colgadas de la pared.
En el armario tengo el burro de planchado y la tabla para las
mangas, que son necesarios para que el material quede bien
estirado, antes de coserlo y sobre todo para la presentación de
la prenda que los vecinos hayan encargado. Aunque yo no las he
usado, tenemos por aquí dos ruecas, que usaban las mujeres para
sacar los hilos que algunos usaban para tejer las piezas de lana
y de lino del país....
¿Ha conseguido vivir de esta profesión?
No, nunca pude dedicarse en exclusividad a ser sastre, aunque ha
sido una ayuda importante para criar a la familia. Hay que tener
en cuenta que siempre he trabajado sobre pedidos de la gente de
Abejera o de los pueblos cercanos, que también son pobres.
Siempre he mantenido la labranza de las tierras y algunos
animales, al igual que cualquier otra familia del pueblo.
¿Cómo son sus clientes?
Mis clientes solían ser los hombres del pueblo, sobre todo para
la fiesta del pueblo, que era cuando mayor demanda tenía. Así
que las jornadas se prolongaban hasta que se acababa el trabajo,
sin horarios más que para dormir escasamente, aunque me ayudaba
mi mujer en la preparación de las telas o en el planchado.
También nos echábamos una mano mútuamente con mi amigo, el
sastre de Ferreruela.
¿Algún recuerdo en especial de los encargos?
Mirad, aún guardo el cuaderno con las medidas de muchos de los
hombres de Abejera, que apuntaba para evitar tener que
tomárselas cada vez. A la mayoría le aplicaba los patrones que
ya tenía preparados, según los tipos y las tallas,
encuadrándolos como " de una sexta" o bien "de
una octava"...
Recuerdo el caso de un vecino del pueblo que se enteró que
tenía una pierna más corta que la otra cuando le hice su primer
pantalón. Cuando se me presentó a reclamar que una pierna le
quedaba más larga que la otra, le tuve que medir sus piernas y
acortarle una del pantalón.
¿Cuánto tardaba en cada encargo?
Hombre, aunque yo he sido rápido trabajando, para una americana,
con sus entretelas de guata, hombreras y demás, tres días a
jornada completa. Un pantalón de pana normal, de los que
llevaban a diario, con sus hebillas metálicas a la cintura, pues
un día...
¿Recuerda el precio de sus labores?
Han pasado muchos años y esto de los precios ya casi se me
olvida. Además, cada encargo era diferente. Cobraba según el
tiempo dedicado. Luego, dependía de si yo ponía la tela, o la
traían. Ten en cuenta que me llegaban a dar hasta los hilos y
los botones, para que les saliese más barato.
Uno de los trabajos más frecuentes, el tradicional pantalón de
pana, podía costar entre 10 y 15 pesetas, mientras que una Capa
(Alistana), que hace poco me han pedido una, podía salir por 100
pesetas, aunque no era raro que los pastores entregaran dos
manteos de lana para evitarse tener que comprar las piezas.
¿Cuáles eran las prendas que trabajaba?
Los hombres encargaban trajes, chaquetas o pantalones de vestir
solo para fechas especiales, como o bodas o más tarde,
comuniones y a la mayoría les duran toda la vida. Lógicamente,
lo más que he hecho ha sido la ropa de diario, como casacas,
tapabocas, polainas, pantalones... etc. que hacía con tela o
retales de pana que traía de las tiendas de la Costanilla, en
Zamora, o con las piezas de lana o de lino que muchos vecinos me
traían en mano. Alguna pieza había que hacían a mano en los
Telares.
Supongo que, con el tiempo, esto habrá cambiado ¿no?
Mucho, si, con el progreso y los vendedores ambulantes, que
traían prendas nuevas de fábrica, con mucho colorido y de
materiales baratos, la gente fue poco a poco dejando de pedir,
sobre todo por los precios más baratos.
De los últimos colegas que recuerdo en activo, el sastre de
Ferreruela, mi amigo Félix, de Sarracín o el más conocido, que
es el de Bercianos, porque salió en los periódicos y la
televisión (en el programa Con la mochila al hombro. Como el
pueblo tiene fama por las procesiones y con la costumbre de los
vecinos de llevarse a la tumba la Capa con la que procesionan, el
hombre ha tenido más negocio...
¿Por qué cree que no ha habido en Aliste mujeres sastre?
Es evidente, las mujeres no podían tomar las medidas de la
entrepierna a los hombres. Tampoco era habitual que yo le hiciese
ropa a las mujeres, pues no estaba bien visto por aquel entonces
el que el sastre les tomara las medidas. No es que no supiesen
coser, que en cada casa hay una máquina, pero cada una lo hacía
para su uso o, como mucho, se juntaban algunas, pero no como
profesión.
Usted es uno de los últimos que saber cómo hacer una Capa alistana ¿qué nos puede contar de esta pieza única?
Para que vayáis viendo como es, aquí tengo una que le hice a mi
hijo Manuel. No ha sido la última que he hecho, ni la más
difícil. Ahora recuerdo la que le preparé para Emiliano, el de
Asturias, en la que reproduje los adornos de otra que me trajo de
modelo.
Hay que tener en cuenta, que suelen ser reproducciones de otros
modelos que el cliente trae, aunque ahora el paño ya no es como
el de antaño, de lana artesanal de Aliste, que se perdió, como
otros muchos productos naturales de los que ya no podremos
disfrutar. La mejor que consigo es de las últimas fábricas de
Béjar, pero es difícil de encontrar.
A la vista de la Capa de
Manuel, nos desglosa las partes de la Capa de Aliste: La Falda, el Capillo, los Andillos y la Chiva. De cada una de ellas nos
muestra los patrones de corte.
FALDA
Es la más grande y principal de la prenda. Su vuelo va de los
hombros a los pies y lo forman hasta cuatro cortes, además de
los bolsillos interiores en la parte superior central, que
servían para cerrar la capa con ambas manos, pues no dispone de
cremalleras ni otros inventos.
CAPILLO
Especie de caperuza que cubre la cabeza.
Es característica de la Capa Alistana y la distingue de otras
prendas tradicionales como la Casaca, que no lo tenía y que
solía llevar mangas.
Además de la capucha, de dos cortes cosidos a la parte superior
de la Falda, tiene otra pieza que se desdobla sobre el capillo a
modo de visera para proteger la cara con el grueso paño de lana
y gracias al oportuno diseño, nuestros abuelos podían
sobrevivir en el campo al frío, agua y nieve.
ANDILLAS
Adornos bordados o cosidos de tela o de fieltro. Son de muy
diverso diseño, que contornean la espalda y las hombreras de la
capa. Era tradicional que cada hombre personalizara estos dibujos
y, si tenía que hacerse otra nueva, los reprodujera de la vieja.
INICIALES
Del mismo material y formato que las Andillas, se cosían en las
pecheras de la capa las letras iniciales del nombre y primer
apellido del propietario.
CHIVA
Pieza rectangular estrecha y alargada que va desde la punta
superior del Capillo hasta media cintura, terminada con una borla
de diferente material y adornada con bordados u otros
aditamentos. Su función, que yo sepa, es puramente ornamental.
Esta pieza es más propia de los pueblos de Aliste de la raya con
Portugal y no solían llevarlo las Capas de uso habitual en los
pueblos más cercanos a Tábara y Alba, aunque últimamente se
pone en todas las que se hacen, pues ya no hay modelos
individuales.
Después de la amena charla
nos despedimos de Tomás, saliendo por la bodega, donde nos
enseña la antigua mesa original de madera de negrillo,
formidable, que ha retirado hace unos años "por que ya era
vieja" y que yo, de buen gusto, le cambiaría a pelo por un
jamón de Guijuelo...
Me quedo con la impresión de que la mejor herramienta, la insustituible, la que más rendimiento le ha dado y que aún conserva intacta, es su imaginación, su habilidad para aplicar una escueta formación a la resolución de los mil problemas que surgen y para los que no tenía escrita la solución.
Antonio Escuadra - Calaito - Abejera - 24 de Diciembre de 2003
Juegos en la Fiestas del 2004
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