El pueblo se encuentra en una zona relativamente elevada, flanqueado por dos riberas cuyas aguas confluirán más abajo (en Nuez de Aliste) e irán después a morir al internacional río Manzanas, antes de que éste se adentre en Portugal. La situación geográfica de El Poyo representa la transición entre la extensa llanura del Campo Aliste, la cuenca del río Aliste (que no alcanzan al pueblo), y la cuenca del río Manzanas (de la cual forma parte), una zona de orografía más irregular que las anteriores, dominadas por los extensos robledales que rodean los términos de San Cristóbal, San Vitero, San Juan del Rebollar o Grisuela.
Hoy en día, nuestra aldea tiene unos sesenta habitantes en invierno, pero en los meses de verano, como ocurre en tantos otros pueblos, su población se triplica gracias a los veraneantes. Se trata de una localidad muy tranquila, que merece ser visitada por sus paisajes.
Pese a lo pequeño que es el pueblo, éste se halla dividido en dos barrios: el barrio de Abajo (el más habitado y donde aún se pueden ver casas antiguas que ejemplifican la arquitectura tradicional alistana) y el de Arriba (o “Corea” como se conoce coloquialmente).
Debido a su ubicación geográfica (está colocado en una de las partes más altas de la zona) es muy difícil obtener una fotografía que sea representativa del pueblo y en la que aparezca la mayor parte del casco urbano, ya que los edificios más próximos al lugar desde el que tomemos la fotografía nos ocultarán los que estén más atrás. Solo desde el aire se puede obtener una panorámica más o menos completa.
A simple vista da la impresión de que se trata de uno de los pueblo de Aliste que más se ha renovado en los últimos tiempos, la prueba estaría en el gran número de casas nuevas construidas durante estos últimos tiempos. La causa de este relativo y aparente resurgimiento es el arraigo de sus habitantes, que desean permanecer en el pueblo, mientras que aquellos que han emigrado vuelven, en muchos casos, para quedarse durante largas temporadas una vez llega su jubilación. Por otra parte, es fácil advertir que muchas de las nuevas edificaciones se hacen a costa de derruir casas y otros edificios antiguos que conformaban un paisaje tradicional de gran valor estético y que daban a nuestro pueblo una bella “imagen rural” que hoy está seriamente modificada. En contraposición a este paisaje típico, muchas de las casas nuevas son totalmente desacordes tanto con el entorno, como con la arquitectura popular alistana, por lo que éste y otros pueblos de la comarca llevan camino de ser algo muy semejante a la típica urbanización que podemos encontrar en la periferia de cualquier gran ciudad.
