No hay orgullo mayor para un pueblo y sus gentes que encontrar su nombre impreso en un libro, o ver una fugaz imagen de su entorno en televisión... Ni que decir de llegar a conocer su origen más remoto, pero es como una odisea para muchos de nuestros pueblos españoles, cuya cuna es anónima, cuyas raíces se hallan demasiado profundas para encontrarlas. Uno de esos muchos pueblos sin datos de su formación es
Mahíde, cuya etimología es ignorada.
Nombre singular. En apariencia yo lo adjudicaría a la época mozárabe española, aunque no hay indicios ciertos.
Se sabe que la comarca de Aliste fue ocupada por pueblos celtas, vaceos y astures, antes de la invasión romana, algunas de sus reliquias conservadas hoy, como es el caso de las estelas funerarias, algo típico de esa época, y de cuyos vestigios tenemos la dicha de poseer en
Mahíde. Entre estos datos remotos y el presente hay una parada anecdótica en el día a día de
Mahíde. En 1600,
Mahíde contaba con 70 feligreses. Tenía como pueblos anejos a
Viñas y
San Pedro de las Herrerías. Celebraba una feria el 29 de cada mes, algo que hoy se conserva a duras penas. Por esta época era el pueblo que más sonaba en Aliste por su vieja leyenda de 'la viga atravesada', gracias a la cual hemos recibido el legado de
'atravesados'.
Su historia es sencilla, es una vida callada de miles de personas que con su labor diaria han hecho la historia más profunda. De esa gente anónima heredamos los ritos y costumbres que hoy tenemos la dicha de poder contemplar y en los que participar.
Mahíde, rodeado de una fortaleza natural: La Sierra de la Culebra ; bañado con aguas del
río Aliste , dando hermosura a sus riberas y fertilidad a sus campos...
Mahíde, nombre enigmático, que encierra en su interior una vida silenciosa como miles de pueblos durante el invierno, pero que contiene una alegría típica en Aliste, y en verano surge de su escondite. No es un lugar que englobe muchos hechos destacados. Sus actividades se basan en trabajos al aire libre. Sus costumbres son idénticas a otros muchos pueblos: desde la matanza a la siega (hoy abandonada), desde las procesiones de Semana Santa y la Navidad a su fiesta patronal en honor a San Bartolomé (24 de Agosto)... No son más que pequeños detalles de su estancia en este mundo.
Después de las emigraciones a Alemania y Suiza en los años sesenta, la población decayó en toda la zona de Aliste. Ahora parece revivir de nuevo. Sobre todo en la época estival.