Ubicado en tierras del marquesado de Alcañices conservó servidumbre de pastos sobre tierras de San Vitero, La Torre y Palazuelo. Ha vivido bajo la devoción de Santa Catalina y creó una cofradía que la formaban parte de los pastores de toda la comarca. Un cordero era el precio, una libra de carne, vino y baile en la era hasta la madrugada, su compensación. |
La banda, o cinta de la Santa fue el escudo que libró a todos sus hijos de las alas de la guerra, menos a aquellos dos que fueron sin preparar porque esperaban volver con el sello de exentos porque eran bajos y pensaban que no 8iban a poder con el mosquetón, y los embarcaron en el Ebro a primera línea, y los que llevaban la cinta ni un rasguño y los dos pobres bajitos quedaron allí. Este pueblo, Villarino ce Cebal, lleva como apellido el nombre de su río, con leyenda mora de martillo de oro orientado al aveseo con mínimo rayo de sol que lo pone al descubierto, con crucero famoso, puente de sabia arquitectura y molinos que sólo muelen cuando llueve. |
Este pueblo fue venta famosa en ruta de merinas a Extremadura. Saliendo del Cristo de San Vitero, a dos kilómetros existe Villarino de Cebal. Hospitalarios, muy amables, como casi todas las gentes de estas tierras, cuentan su historia. Historia que es difícil de narrar cuando se hace de oídas y cuando la gente va desapareciendo y perdiendo sus costumbres. A Villarino se lo conocía por ser un pueblo que ahorraba y ahorra. Pero con sus ahorros la gente del pueblo sale, emigra, invierte en negocios fuera, lejos de su pueblo. Es el signo de los pueblos de Aliste, se invierte, pero lejos. |